Hoy te confieso
que me pongo
alambicado
innecesariamente
y si,
es terrible
el cerebro
todo aburrido,
abandonándose
perdiendo aquel,
su centro,
de licuado chocolate
por un desentenderse del mensaje
y un ponerse, todo cursi
jurando que este susodicho se comprende
uno describe las palabras
como si fueran catres de alfileres
y se permite unas,
reflexiones hostiles
como denostando al respetable
unas, banalidades (pero)
carentes de todo sentido.
Mi función aquí es
despojarme
de cualquier
sentimentalismo
al menos
para con este poema
es necesaria la distancia
frente a tanto
seudo arcángel
sobre edulcorado
o mazapán terrible,
acurrucado en celofán
y chapoteando en chocolate
que deshace lagrimones de jengibre
sobre acongojados tulipanes
rociadores de jarabe
como si el lector
sobreviviese, atormentado en caramelo
todo almíbar de confites
indecibles
irresponsablemente
obeso
suponiendo al escribiente,
un pastelero disconforme
una vitrina anestesiada,
para avezados pastelones.
Me resultaría
sencillo,
ser tierno
más,
yo también
lo deseo
alguna
poca de juego,
al escribirte.
Ya no me importa
ni me
interesa
eres tú
con tu vida
y te amo
ergo,
te quedas
sencillo
es el sentido
esta dentro de ti
y en mi piel
y en
lo que
ambos tenemos
el resto,
chavely
para
la casa.
Desearía tenerte
conmigo esta noche
beber algo rico
contigo
en el living
oscurecido
de mi casa
muy simple.