Y pues:
la quiero
o porque,
aunque no quise
en pedirle un beso,
y ella me detuvo
con sólo un gesto,
una sonrisa dulce
quise despertarme
en su cabello negro -neo romántico-
pero ella ahí muy firme,
con mí dolor neoclásico
x dentro
quise darle abrazos
apasionados besos,
trazos de un pincel
obnubilado,
pero ella ahí tan dura,
entera,
enhiesta
atenazaba el horizonte
con su porfiado ordenamiento
así que por ahora
amigo, amigos tristes,
familiares desolados
del consuelo
y yo
que todavía la quiero,
voy como asesino tras su presa
con mi dolor de prometeo,
medio expulsándole
las vísceras al ruedo
medio sintiéndome estafeta.
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