Nunca comprometas
digas,
hagas cosas,
de las que luego
te desentiendas
no provoques en los hombres
aquellas tormentas
(de palabras e ilusiones)
los hombres
por muy hombres,
seguimos siendo bestias
no atropelles esta
gramática humana,
porque hay cosas
que sencillamente
no se dicen,
y entre amigos,
es siempre preferible
el apartarse de esa estela
nunca pienses
que la verdad
es un mérito,
porque nunca es otra cosa
que un sincero
movimiento de espoletas
y hay que estar
atentos, si,
contigo ahí adelante
que te hubiera dedicado
estos poemas
áulicos,
rupestres,
agonizantes,
de romántico estafeta
pero huiste dando cuenta
del carril de esta vejez
exánime,
con tu chorreante indiferencia
y esa absurda elegancia
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