Mientras respires una forma divina aprovéchala,
no te preocupes por el mañana que el mañana no existe
saca de aquella con imprudencia, unos raudales de fuego
lo que puedas, extrae para ti todo, como un animal sagrado, devórale
no le dejes más que huesos, cómelo por partes,
trágate sus líquidos vitales, hazle el amor en alocadas formas
cógele, tómale, hazlo tuyo bajo sombras ancestrales,
debe merodearnos el delirio efímero de los ángeles
su vitalidad debiera confundirse, y ha de comprobarse en nuestras bocas
con los paladares extasiados hasta su último placer
de recorrer cada rincón como por senderos de aire
y no te niegues, no lo dejes caer, hágale rechupete.
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