Llegaré, cuando la tarde sonría en azul verano,
marcando mis pasos por el espigado trigo.
Sonaran las cañas y mis cabellos,
con el viento enarbolado.
Dejaré de seguir mis propios pasos,
prolongando los tuyos mientras me sonrío.
Yo ya transité estos senderos,
Las marcas dejadas en mis pies son los testigos.
Caminaré por sendas de hierba embriagadas de calor
Lejos, lejos y más allá de las colinas lejanas.
Huyendo eternamente de mi misma.
Siempre es mejor evitar la batalla.
Siguiendo tus huellas nunca he de alcanzarme.
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