Dime
¿qué tal si te veo?
¿si te observo en tu sonrisa?
¿si aleteo como un pájaro?
dime
es tan sencillo,
si recorro con mis dedos
tus relámpagos,
si te estrujo a abrazos
contra una pared
dime entonces,
¿dónde vas a esconderte?
dime
tienes tantos brazos
es tan extraño,
ese color, el de tu piel
tienes las apuestas de mi risa
y haces
que pregunte,
que carezca de respuestas
simples
tiñes
de un azul sencillo
tu llegada,
aplaudes,
con tus dientes
sobre mi piel.
¿Qué es lo que te escribo entonces?
¿después de este plato de fideos?
cuando el PC está muerto,
y el aire de la habitación
se ha vuelto denso y amarillo
¿qué es lo que redacto
con tan ampuloso oficio?
es sólo que
he visto las fotografías
que enviaste,
aquellas de tu niñez,
allá en los ochentas
creo haberlas compartido al verlas
contigo,
música antigua,
continuamente
desapareciendo
y me pregunto
¿dónde está tú cuerpo?
mientras que hago de la poesía
el más gimnástico elemento,
o tuerzo los eventos
a merced de esta metáfora
porque ella es feliz
todos los días
y está lejos
y uno escribe
como que es consuelo,
o hace alardes y unos gestos,
medios pontificios,
sermoneando a la pared.
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