Ella aflora en parques
que se ocultan lentamente,
de la vista pétrea de la gente
mientras brota con sus hojas
ella se sonríe cuando le hablo,
entre sus bucles imaginarios
dice cosas,
que no logro comprender
me llama y hace preguntas
con las piernas cruzadas,
arreglándose el cabello
con un dedo
me llama nuevamente
y esta vez sus manos
me alcanzan,
toma mi brazo
con sus ojos me describe
áulicas circunferencias
mágicas, precoces,
propias de su edad
insiste, alza la voz,
desde un extremo de la sala,
clama, embiste,
exige nueva revisión de su trabajo
¡teacher, teacher!
metalófonos que se abren,
disparando contra el cielo,
¡teacher!
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