Este es un espacio dedicado a las Artes, con todo lo que ello implica.
"De estas soledades hay que hacer una experiencia. Oídos nuevos para una música nueva. Nuevos ojos para las cosas más lejanas. Una conciencia nueva para verdades que hasta ahora han permanecido mudas…"
(Friedrich Nietzsche)
Esto es por si te gusta. (es de un hombre, no mio) De pronto me desperté, me di vuelta, la abracé y le di un beso. ¿Pero... quién era ella? ¿Cómo había llegado a mi cama? No... espera, esa no era mi cama. ¿Dónde estaba? Encendí la luz y la vi. Era muy hermosa. ¿Acaso me había emborrachado? No. Tampoco me había drogado... ¿Qué pasó? No sabía si despertarla o no. ¿Me tendría que vestir? Dios! No sabía nada, pero algo tenía que hacer... Entonces la desperté: -Psst! -Mmmhm! -Psst! Me sonrió. -Hola, dijo (mientras se estiraba), apaga la luz. -Si. La apagué. -¿Cómo estás?, me preguntó -Bien. Se tiró sobre mi, me abrazó, y me empezó a besar. -Que bueno, dijo. ¿Cómo preguntarle quién era? Me dejé llevar por la situación y su cariño. Después de todo no era nada desagradable y se veía muy dulce. Empecé a tener ganas de ella. Parece que ella también porque se sentó encima mío y empezó con ese movimiento tan femenino y perfecto. ¿Y si tenía algo? ¿Una enfermedad? Qué mierda importaba. Nunca me había sentido tan bien y no me importaba morir ahí mismo con ella. Una gran energía empezó a invadirme. Me senté, y de una explosión invertí la situación. Los dos gritábamos, pero no sabría decir qué... solo sé que era completamente animal, salvaje, puro... Después nos tiramos a lados opuestos de la cama, para buscar un poco de frescura y de oxígeno. Estábamos bañados en sudor. La noche de verano nos aplastaba. Después de un momento fui hacia ella y nos besamos nuevamente. Estaba enamorado, lo sabía... era increíble! -¿Me quieres? , le pregunté. -Si, te quiero, te amo, me dijo. ¿Que importancia tenía quién podía ser ella? Después de todo... ¿quién era yo?
1 comentario:
Esto es por si te gusta.
(es de un hombre, no mio)
De pronto me desperté, me di vuelta, la abracé y le di un beso.
¿Pero... quién era ella?
¿Cómo había llegado a mi cama?
No... espera, esa no era mi cama.
¿Dónde estaba?
Encendí la luz y la vi.
Era muy hermosa.
¿Acaso me había emborrachado?
No.
Tampoco me había drogado...
¿Qué pasó?
No sabía si despertarla o no.
¿Me tendría que vestir?
Dios! No sabía nada, pero algo tenía que hacer...
Entonces la desperté:
-Psst!
-Mmmhm!
-Psst!
Me sonrió.
-Hola, dijo (mientras se estiraba), apaga la luz.
-Si.
La apagué.
-¿Cómo estás?, me preguntó
-Bien.
Se tiró sobre mi, me abrazó, y me empezó a besar.
-Que bueno, dijo.
¿Cómo preguntarle quién era?
Me dejé llevar por la situación y su cariño.
Después de todo no era nada desagradable y se veía muy dulce.
Empecé a tener ganas de ella.
Parece que ella también porque se sentó encima mío y empezó con ese movimiento tan femenino y perfecto.
¿Y si tenía algo?
¿Una enfermedad?
Qué mierda importaba.
Nunca me había sentido tan bien y no me importaba morir ahí mismo con ella.
Una gran energía empezó a invadirme.
Me senté, y de una explosión invertí la situación.
Los dos gritábamos, pero no sabría decir qué... solo sé que era completamente animal, salvaje, puro...
Después nos tiramos a lados opuestos de la cama, para buscar un poco de frescura y de oxígeno.
Estábamos bañados en sudor. La noche de verano nos aplastaba.
Después de un momento fui hacia ella y nos besamos nuevamente.
Estaba enamorado, lo sabía... era increíble!
-¿Me quieres? , le pregunté.
-Si, te quiero, te amo, me dijo.
¿Que importancia tenía quién podía ser ella?
Después de todo... ¿quién era yo?
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