viernes, septiembre 05, 2008

s/c...


Una pequeña ampolleta

hace un ruido que perturba


una lámpara pequeña hierve

como si encendiera


y hace como que titila

cada tanto


hay una luz luciérnaga

intrigando


encerrada en el plástico

celeste de la pared.



Hay una mala cara con hipo

que no desea para su jornada

más que una larga, larga siesta

una pésima cara pero muy fea

que pernocta en nuestra casa

pero por fuera

una lástima colgada en la pared

de la oficina,

una pálida pero a todo cachete

resolviendo una tarea

con un lápiz bic azul.



¿Qué hacen estas manos

escribiéndote?

si ya pasó la vieja,

y esos párpados de boca,

y aquellos labios de pesebrera,

o con tu ombligo

por cantimplora y tú,

que me trabajas esta sonrisa

desde el celular.



¿Qué hacen los aromas de esta tarde?

que hacen gala de llevarse con tu nombre,

y arman y desarman nuestra espera

como si el cantante no supiera,

que se ha acabado el acompañamiento

para su canción.



Un Cristo joven

no crucificado,

se nos subió a la micro;

un Cristo irrealizable

impecable y exquisito,

a los ojos enturbiados,

de una joven

y sufriente Magdalena.



El maestro Yoda

trabaja hasta bien tarde,

con el encargo ese,

del barnizado de los féretros

para el viernes,

con suerte

va a tener tiempo de marearse,

pero por cuenta propia.


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