miércoles, marzo 11, 2009

s/c...




La escritura profética
no era lo tuyo pitufina,
tú eras harto más difusa
y más recóndita,
que el promedio de las
otrora pitufas,
la diametralmente opuesta
a todo pero ½ diluyéndose,
como esas mujeres cavernícolas
toda atávica, desgreñada y confusa,
en una guerra permanente
por el fuego en apariencia
de tus pechugas,
en una salsa de sinsabores
donde tu instinto de la paz
era superior
a ese instinto tuyo de la furia,
porque estabas como siempre
resquebrajándote,
y no me servías
siquiera para una poesía
de la sutura,
tu cuerpo, tu cuerpo
ya estaba siendo servido en otra parte,
por favor has memoria,
de partida todas tus partes
ya no eran las mismas,
convengamos en esto,
la auto iluminación
ya no iba por la vía
del descascaramiento mutuo.


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