1.1 Historias de Escuelas del Arte del grabado.
Las citadas maniobras adiestradoras del oficio del grabador, nos remiten a distintos períodos generacionales y a diversas escuelas, más o menos cohesionadas y programáticas.
Hacia fines de la década del treinta, la influencia de Hermosilla en el laborar de cocinerías de
Alumno destacado de Hermosilla se debe considerar a Sergio Rojas Guerra, quien lidera una segunda formación revisionista del grabar clásico, al introducir una clara conciencia abstraccionista, implicada en la disposición de las nuevas formas y en el uso, de nuevas tonalidades y gamas del color.
Entre la década del cincuenta y la del setenta, emerge la figura de Hans Zoika reemplazando a Hermosilla en sus tareas académico- institucionales. Seguido por otros artistas como Catalán, Donoso, Osorio, Francisco y Hugo Rivera. Todos con una obra de gran factura y un manejo interesante en el oficio.
Hay que señalar la calidad endémica de la indocumentación que hay en el medio, producto de la incapacidad de las instituciones correspondientes para hacerse cargo del legado de maestros como Hermosilla[3]. En el caso de Hermosilla, la poca información disponible se concentra en una interesante monografía realizada por Antonio R. Romera[4].
En 1960 se funda
En 1979 la entonces sede Valparaíso de
Es esta última instancia de diálogo analítico, la que somete el trabajo del artista (entendido como un discurso a revalorizar) a nuevas y más conscientes torsiones, aplicando al menos durante un breve lapso de tiempo, una acuciosa crítica al modelo tradicional de enseñanza del grabado, expandiendo tanto la práctica como su tecnología. Dichos componentes referenciales y epistemológicos, redireccionan el sentido del discurso y su validez, en el campo artístico contemporáneo. Bajo esta premisa de conceptos, reposan los trabajos “más adelantados de una matriz inconclusa”, de los jóvenes talentos regionales, en busca de confirmación estilística y parental. Las obras por ellos desarrolladas, se emplazan y desplazan, con caracteres a su vez, imprimantes de una amplitud reflexiva, al enfrentar una reposición preformateada por el discurso, sobre un espacio de indefensiones escriturales[7]. Y de especulación crítica, evidentemente inoperante y silenciada, por una manifiesta obsolescencia propositiva y amparada, en el recurso reiterativo de la ilustración.
[1] Ver MELLADO, Justo Pastor “Carlos Hermosilla y Jemmy Button Inc.”, en AAVV XI Mostra da Gravura Cidade de Curitiba, Curitiba, 31 de octubre al 29 de diciembre de 1995,
Págs. 87 – 90.
[2] MADRID, Alberto. La línea de la memoria. Op Cit. Pág. 26 – 31.
[3] RIVERA, Hugo, Catálogo de la “Exposición Retrospectiva”, en HERMOSILLA, Carlos, Sala El Farol, Dirección de Extensión y Comunicaciones, Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile, del 06 de octubre al 29 de octubre de1999, Pág. 8.
[4] ROMERA, A. R. Carlos Hermosilla, Instituto de Extensión de Artes Plásticas, Facultad de Bellas Artes, Universidad de Chile, Santiago, 1959.
[5] MELLADO, Justo Pastor “
[6] MADRID, Alberto. Desplazamiento de la memoria, Op. Cit. Pág. 19.
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