martes, julio 29, 2008

s/c...


No me mato de la risa

por la poesía de los otros,

en esos jurásicos intentos

no me enhebro,

no participo de sus cuentos,

o me desprendo de sus cuitas,

callado,

mi sonrisa

es una pluma al viento

que ni aquellos perciben,

mi bostezo x sus pláticas,

una herida consagrada

a una crisálida que nace,

bajo una solapa escuálida;

y no me tiento,

lo que escribo no es cierto

a veces,

me sucede que penetro

en ese trance hipnótico

de leerlos, tantas veces,

que se me adormecen

hasta las cutículas,

y un hálito de muerto

abandona mi PC

porque no los entiendo,

cuando no estornudan

o cuando no se matan de la risa.



¡Virgen de los aspavientos!

¡OH primor de las primeras comuniones!

¡OH mi niña dulce que se reclina bajo mi silueta!

lo que hoy determino, es nada parecido

a una ley de los muertos,

o a la seca por supuesto de esa otra,

que ya me ha hecho palidecer

unas cuantas veces, ni recordar quisiera.




Los signos gramaticales

y la sintaxis valen hongo,

después de apreciar

y de satisfacer mis más

oscuros deseos,

en base a ciertos videos

de poesía.



La poesía es un filtro

y un pedazo de abastero,

si vas en la dirección correcta,

quizá un control a distancia,

uno remoto, que te abre

los portones de la vida

tan sólo a centímetros

de sacarte cresta y media,

¡perdón!

las malas palabras

debemos de, re diseñarlas;

no puede ser que estén

en permanente indefensión,

frente a las siempre venerables,

hoooooooordas de siutiquerías.



No me sienten entre las rocas

no ahora que espero contigo,

no me sienten en las rocas

de la poesía,

ni en los afilados acantilados

para los santos,

esas oscurecidas deidades

que antaño,

quemaban con una hojita

de laurel entre los labios,

yo no deseo el fuego eterno

de los despeñaderos,

eso ya es claro,

me agradan harto más

tus piernas.


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