Poema antiguo, muy antiguo pero, no menos interesante...
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Hay que olvidar que estuvimos muy cerca y a corta distancia,
que te hice algunos regalos importantes
o al menos para mí,
que inspiraste más poemas de los que hubiera deseado,
porque andar escribiendo no es ninguna gracia,
todo resuena de madrugada
cuando se supone, debería estar durmiendo,
y la sensación que esto deja es desorientación pura,
y uno queda lelo, haciendo morisquetas,
malabares de juglar frente al espejo,
y algunos vecinos tocan a tu puerta, con ganas de saludarte
y de súbito suben y bajan a tu madre,
y hay que dar explicaciones, y hablar de ti y revolverla,
y con razón se enfurece esta gente,
que no está ni ahí con la dialéctica,
los diálogos de Platón, El Zaratustra de Nietzsche, etc.
porque trabajan y trabajan fieramente,
o se cansan y hay que platicarles, machucándose,
en peleas de perros vagos con los vagos de la noche,
y los gallos de la quebrada que cantan,
y en su puro sonido joden, a esa hora inesperada,
y sólo piden que te calles, que te acuestes,
que les dejes dormir y apagues esa luz,
que significa gasto y hay peleas con tus padres,
que dejes el computador a un lado, con toda esa pretensión de los poemas,
futuro Nobel.
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