Al abrir esa ventana entra el aire del patio,
el aire humedecido con olor a menta,
el aire de vainilla que repleta los rincones,
ese aire limpio que despacio nos perfuma
cuando pienso en esa pieza iluminándose,
o en la calma en que se guardan los cajones,
apilados quedamente en la repisa,
o en los cientos de dibujos de perfiles
miro en dirección de tu retrato a lápiz,
y abro las cortinas de una en una en el silencio,
y observo tanta luz en pleno transe,
que descubro en los detalles, tus recuerdos.
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