lunes, noviembre 20, 2006

Una pintura ahí no más, pero de un epoca, trabajada...

Óleo sobre cartón preparado, copia ahí no más, de un cuadro de Goya, lamentablemente no muy logrado que digamos... al menos en aquella epoca, ya hacia algunos intentos, aunque medio frustrados, la inquietud es lo que cuenta... ¿no?...



Poema...


Mientras cocinas prevés

un algo sin nombre,

y te marchitas

como en una espera,

y estornudas,

o ahora te agitas y

los gatos ahí, relamen,

y la perra amarilla te persigue

c/ sus ojos negros de botones,

porque tu idea es fija

y te es, como un perfume,

que hasta los gatos se te cruzan

justo cuando vas al baño,

a echar a andar la lavadora

y es perfecto

y te dispones a hacer

mil cosas entonces,

aunque odies esa música en la radio,

y tengas una extraña y recurrente

imagen, como es la de asesinar a alguien,

ahora mismo,

mientras picas la cebolla y el tomate,

y observas cierta juventud,

desde una vida de ultratumba, reciclándose.


¡Ojo con el desastre!...


Los poetas son hombres que se niegan a utilizar el lenguaje. Ahora bien, como es en y por el lenguaje, concebido como una especie de instrumento, la manera en que se busca la verdad, no hay que imaginarse que los poetas traten de discernir lo verdadero y exponerlo. No sueñan tampoco en nombrar al mundo y, verdaderamente, no nombran nada, pues, la nominación supone un perpetuo sacrificio del hombre al objeto nombrado, o hablando como Hegel, el hombre se revela como lo inesencial delante de la cosa, que es lo esencial. Los poetas no hablan; tampoco se callan: es otra cosa...

Tomado de ¿Qué es la literatura? de Jean Paul Sartre

La Blinda Rosada Nº 1, Mayo 1995

domingo, noviembre 19, 2006

Imagen de cualquier poeta, laborando...



Poema...


Yo la quise, la ame profundamente,

y ella ahí, sólo quejándose,

fui el perfume del atorrante

me castigué pero, tórridamente,

me ultrajé apenas pude,

di el examen del exánime,

no vi ni una

yo, que retorcido y petulante

un enervante, un escondrijo,

yo el yoyo + cohibido,

quien no sabe y es cobarde,

yo, aquí en el centro de don nadie

cuernos, que no vea ni una.

Esta es una brevísima selección de un texto que me parece, ideal, para estos días...

“Todo lo que ocurre, cuando tiene importancia, es contradictorio por naturaleza. Hasta que apareció aquella para la que escribo esto, pensaba que las soluciones para todo se encontraban en algún lugar exterior, en la vida, como se suele decir. Cuando la conocí, pensé que estaba aprehendiendo la vida, aprehendiendo algo en lo que podía hincar los dientes. Y en cambio, se me escapó la vida de las manos. Extendí los brazos en busca de algo a que apegarme... y no encontré nada. Pero, al hacerlo, con el esfuerzo por aferrarme, por apegarme, descubrí, pese ha haber quedado desamparado, algo que no había buscado: a mí mismo.
Descubrí, que lo que había deseado toda mi vida, no era vivir sino expresarme. Comprendí que nunca había sentido el menor interés por vivir, sino sólo por lo que ahora estoy haciendo, algo paralelo a la vida, que pertenece a ella y al tiempo la sobrepasa . Lo verdadero me interesa poco o nada, tampoco lo real, siquiera: sólo me interesa lo que imagino ser, lo que había asfixiado día a día para vivir. Morir hoy o mañana carece de importancia para mí, nunca la ha tenido, pero no poder siquiera hoy tras años de esfuerzo, decir lo que pienso y siento... eso si me preocupa, me irrita. Desde la infancia me veo tras la pista de ese espectro, sin disfrutar de nada, sin desear otra cosa que ese poder, esa capacidad. Todo lo demás, todo lo que hiciera o dijese en relación con eso, es mentira. Y es, con mucho, la mayor parte de mi vida…”

“Eso de tomar las cosas muy en serio... recuerdo que no me apareció hasta la época en que me enamoré por primera vez. Y ni siquiera entonces me las tomaba bastante en serio. Si lo hubiese hecho de verdad, no estaría ahora aquí escribiendo sobre eso: habría muerto de pena o me habría ahorcado. Fue una mala experiencia, porque me enseño a vivir una mentira. Me enseño a reír cuando no lo deseaba, a trabajar cuando no creía en el trabajo, a vivir cuando carecía de razón para seguir viviendo. Incluso cuando la hube olvidado, conservé la costumbre de hacer aquello en lo que no creía.”

Henry Miller “Trópico de Capricornio” fragmentos II y III

miércoles, octubre 04, 2006

Dibujos de accidentes y una moda pasajera (disculpar lo redundante)...

El café se ha derramado sobre el trabajo. Y sucede que suceden cosas. Ocurren, trabajos; así, sin percatarse uno siquiera...

Luego, la pluma y el pincel, se ponen de acuerdo y hacen a su regalado antojo, con rostros de revistas de moda; frialdad a toda prueba...







lunes, octubre 02, 2006

Más dibujos, de no se sabe muy bien, qué...

Trabajos, no obras; ni siquiera propuestas para el arte, ¿el arte de qué?...
Basta una poca de sinceridad, para comprender que se hace y se deshace, sin preocupaciones, sin andar vaciando explicaciones para un alguien...