miércoles, abril 15, 2009

s/c...



Curiosamente
yo no creo en el arte
ni en los artistas,
o en la gente vestida,
ni en aquellos
que se colocaron un traje,
ni en el buen salvaje
tengo mi fe puesta

reflexionar sobre el arte
da un sueño terrible,
llama a la flojera
y al pódium inconfesable
que no da risa,
precisamente
porque se ve feo

la vergüenza ajena es un tema
para y por el arte,
en su extrañeza íntima,
o su dejadez de lado,
aquellos que alguna vez
se sintieron Picasso,
o los copistas minimalistas
a lo Carver,
los del batatazo y los que
nunca le pegaron el palo al gato

comentar del arte
da un soponcio ineficaz,
es como el amor a la madre
o el fervor por los hermanos,
es un hedor de enfermedades
mimético, hacia un arte de várices,
que deslinda responsabilidades,
acudiendo al sahumerio ineficaz
de la poesía

yo resplandezco si te mueres,
o si te quedas sin poesía,
o si en tu vida te va pésimo,
o si pierdes el empleo y te agobian
las críticas, yo aplaudo ¿sabes?
y en la retina me queda esa imagen
de tu fosa,
y el puño (nunca en alto)
desgranando la tierra sobre tí

artista, ojala no me inviten a tu entierro

y salúdame a tu madre.



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