miércoles, octubre 31, 2007

S/C...


Estamos sentados a la entrada de una ciudad costosa

escribiendo poemas sobre la faz que ya nadie lee

haciendo unas morisquetas en lugar de un pensamiento ecuánime

rozando las estrellas como si fueran alucinaciones


cada vez que escribo debo pensar en tu imagen en una pantalla

y en tu voz temblando de frío, bajo de constelaciones

o en tus padres de mecano, mutuamente desarmándose


nada resta sobre la alfombra, salvo tus observaciones

tus iras incontenibles y lo derramado en una copa

en esta noche de aquelarre,

nada queda aparte de unas hojas de tomillo y laurel para la carne.


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