jueves, julio 19, 2007

S/C...


Nada es necesario al remitente


aquella carta de tan lejos

no atraviesa el universo

a como de lugar


ya no estamos más sintonizados,

conversamos entre cuerpos

derrumbándose


o en la calle desprendida

por un evento inesperado

e inexplicable


un terremoto,

un maremoto

un incendio pero enorme


el desplome de un universo callado

quien está esperándome allá abajo

para sepultarme


y ya no hay tal posibilidad

de reencontrarse,

o de un tal llamado

enternecido al orden


ya no quedan más

que dos pellejos pusilánimes,

en el nombre acongojado de un cobarde


nada más

para que ocupe

aquel lugar eternamente


y no me laves

no me encuentres,

con tus manos de estropajo

ecuánime,

o de cadáver

tímido


porque un sólo de silencio

va y te descompone,

y me haces mierda tantas

reptidas veces,

sin un atisbo de emoción terrible,

exánime.


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