viernes, enero 25, 2008

S/C...


Huele horrible

hiende a 1000 cadáveres proscritos

mientras sube silencioso por las escaleras

y se cuela agazapado entre los cajones


deslizándose hacia los libros y revistas,

o en el diario desplegado ahí en la mesa,

bajo el catre de madera y los desordenados cobertores,

perturbando inquebrantable, nuestras mínimas tareas


y aunque se abran las ventanas del segundo piso

e incluso aquella, la del descanso de entre pisos

queda quieto, estacionado e inamovible,

aquel hedor de flores mustias ya deshechas,

que han echado a los pulgones, en las macetas del patio.


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