jueves, septiembre 24, 2009

s/c...



Hay sus espacios entre días que uno deja
voluntaria e involuntariamente, para desafectarse
de las consecuencias más gravosas de la vida

para deshacerse de lo pesado y complejo
que de a momentos, pareciera ser el hombre

hay episodios de los que uno desearía borrarse

jornadas donde lo que brilla por su ausencia
es la épica, y sólo se evidencia de la ropa su desgaste

hay jornales que no valen el esfuerzo,
y hay sus turnos como las lenguas del infierno.





No me impresionaste
sino por tu esfuerzo,
no por el aroma de tu cabello,
o de su huída

por esa estela en cada pecho,
o en su dirección prohibitiva,
el sabor anestesiado de tu boca
nones

no me dejaste lelo a la primera,
ni me atravesaste a tu recuerdo
eras, la mayoría de las veces,
apenas una sencilla imagen bucólica.





Soy el que hace la tarea,
en el más absoluto descrédito,
antes la aurora y ahora tan sólo un pedo,
así son canceladas las deudas en Chilito.





Este es un lugar denigrante

uno está al corriente de su propio homicidio,
expuesto para su entierro como un cadáver

puro repartiendo pañuelos de hilo,
y hablándoles bajitos a los deudos

en este triste ábside,
donde se obtiene que uno mismo ladre

y de mutuo propio
haga abandono de su nicho

los parientes más cercanos,
venden de uno la sangre

y hacen con los huesos,
un anafre para el frío

en este sitio deleznable

desparece del vocabulario de uno mismo,
la palabra respeto.





Eso que tú haces
da una lata enorme,
tú armas una tribu
como un avispero,
dentro de los faroles de la vida,
tú la pasas piola y así no se puede.





Cuando ustedes se saquen la cresta,
nosotros tendremos que a entrar a picarles
en el hipotálamo, con un catéter de vidrio

vamos a tener que rescatarles
con toda nuestra súper batería de equipo
-y sus disfraces de Marvel-


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