jueves, julio 30, 2009

Gráficas.

Acrílico sobre papel hilado 240.





Gráficas.

Acrílico sobre papel hilado 240.





Gráficas.

Acrílicos sobre papel hilado 240.



Gráficas.

Acrílico sobre papel hilado 240.




miércoles, julio 22, 2009

Gráficas.

Tinta china negra y plumilla sobre papel hilado n° 240.



lunes, julio 06, 2009

s/c...



Mira plataforma virtual
o ropita sucia,
ventanita grande
y repugnante,
por fuera
y por dentro

abierta en pleno invierno
a la vecinita de enfrente con antojo
de mostrarnos
-todo el día-
su enorme y repugnante
trasero,
-no de veinte-

mira ventanita luminosa,
que me tienes chato
de morirme
de ganas de verte

de empujarme a
palidecerte
y suspirarte,
por abandonarme,
a cuanta ridiculez
vomitada en el altar
de tu bien amoblado cité

toda esa,
estulticia de
auto convocados
adeptos
-yo all inclusiv-

gran trasero de la red,
donde van a morir
los paquidermos,
que han carecido
de suficientes curas párrocos y pastores

que publican cada rulo
y asqueroso acápite bífido
que expelen

porque
doy asco ¿sabes?

inspiro desconfianza
al reflejarme
y no se puede,
me repito,
mientras muevo mi cabeza como un monje,
todo renuente

¿cómo tanto?

¿qué clase de ser vivo o mutancia en pena?
¿o gangrena, o tedio insípido, o aburrimiento disconforme?
¿o vaho inhalante o sustancia ilícita, pasándola piola?

por este sitio
que es el culo (insípido) de la red,
-puesto que todos acaban
emergiendo
por ella-

publicando cada gas
y ruidito nauseabundo
que evaporan sus menudencias

yo mismo,
que no hago interferencia alguna
me pliego,
y vivo atrapado
como un desanimado anacoreta sin ser yo mismo,
en medio del susodicho cahuineo bochornoso e inculto,
leyendo tanta huevada junta

y no me enojo conmigo mismo
ni me castigo,
o me perdono,
ni me abofeteo con suficiente impaciencia,
no me inspiro
sino,
solemnemente

no me insto demasiado
a diario,
sino a quedarme callado
y en silencio

puro pensándola,
sin decidirme a cerrar mi perfil
de una.


miércoles, julio 01, 2009

Óleos en proceso...

Próximamente noticias de avances... (óleos sobre madera y tela)



s/c...




Pucha que está bueno el forraje pero
qué duda cabe,
en estos años caramba
mujer,
qué sorpresa,
sonrisa,
cachetes,
qué guata,
qué impresionante tu guata,
tus caderas
tu ex
cintura, caramba,
carambolas,
recórcholis,
pucha que ha estado bueno el forraje,
igual saludos pero
compórtate,
no es llegar y meterle sus
buenas fotos
al Facebook,
sea prudente,
queremos que usted viva.







Esto es puro pecado
y punto,
ni error de tipeo
ni sangre,
o esputos cayéndose

ojala que usted jamás
se entere,
ni cache
que estoy siendo boxeado
por mi propia conciencia

es de absolutamente
imbécil, el estar así

¿ok?.







Hay que escribir
callándose,
apretando cachete,
cuidando en no asustarte
ni romperte en pedacitos
o desarroparte

hay que redactar
muy claramente los oficios,
los acápites dinteles,
los legajos de las órdenes,
la estatuaria y toda su comitiva

hay que transcribir los códices
con prudencia cataclísmica,
con poesía de cante,
con albricias madrugadoras,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos

destacarse poquito,
ni salirse de la fila
no despeinarse,
ni desear a esa chiquilla
o masturbarse,
raparse con escofina
las partes nobles

en lo posible,
no meterse de cabeza
en la sufrida del resto

yo no practico tu huida
ni tu universo de a golpes,
y me saben a poco
tus sinceras genuflexiones

-se me irritan las fosas nasales
cuando te toco-

no desearía extenderme más
sobre ti

cuídate.



martes, junio 30, 2009

Lástima

No te frenes
Asfixiate el hocico puto
en las entrañas nauseabundas
que sienten que la amas

Demasiadas nadas para entenderlo todo
prendiendo velitas en medio de carnes muertas
entre las multitudes del cerro de al lado.
y del de más allá que se meten con ella

Wow!, yes!
Shazam!
la novedad fresca de la menos luciérnaga
pero completamente abierta
de la sin suspiros recordada
en sus horripilantes bellezas.

Siempre hay un para cuando
y sabes bien por donde
solo a unos cerros más allá
vía MSN y a un dulce de leche de distancia
escurriéndosele por entre las piernas

Nada literariamente hablando,
Todo, si pensamos escatológicamente
y en las fijaciones de la mente

Ya no desprecio la humillación,
la de verte envuelto en deseos
por una cara bonita que escupe miserias
ni de recogerte después
del desperdicio de besos
a una sombra mal oliente.

s/c...



¡Please!

no nos inundes con tu poesía
que no es lo mismo que decir
que me cargan tus poemas

-porque no es cierto-

de partida
hay un mar de indiferencia
y equidistancia entre “lo nuestro”

no estamos hechos
el uno para el otro
-literariamente hablando-

no tenemos para cuando
ni por dónde

por ello me freno
y me pongo las cosas
cuesta arriba

y me esclarezco del susto
en medio de esta
tormenta del desierto

mi calugón Pelayo,
mi bebé de sustancia,
mi ½ hora derritiéndose

ay que happy
& the beautiful poetry,
apretándonos las redondeces

a ratos,
fíjate

me muero en la llanta
porque me lleve la porcina.



viernes, junio 26, 2009

Te felicito... Igual. Leño seco

Oh mi buen amigo
Hoy comenzaré a escribir como tu
que tienes tiempo para todas esas perras
y para las luciérnagas reales
ni un segundo de tu tiempo

No se de donde te las das de tan erudito
como si tu escritura llegase a alguien

Señor
Que escribes para ti mismo
al que
el resto le importa un comino
a menos que el comino te de alergia
o afecte en algo tu monotonía

A estas alturas
sabes
a mi también me da lo mismo

que califiques una escritora
por sus calzones
o a una mujer
por su tremendo trasero

s/c...




Leños secos señores,
si es de la otra
estamos fritos,
propongo
laaaaaargos calzoncillos
para el presente invierno

propongo
más cuidado y no hacerse
los lesos ni olvidarse
de la lota a beneficio

en la esquina del cerro
siguiente,
donde esas viejecitas
con los chalecos húmedos.






Habla claro milonga,
di la verdad aunque te pese,
que hoy es el último día
para tu gloria

escribes bonito
y me gusta,
me trae muy dulces recuerdos

me imagino cada cosa,
escotes deliciosos, bucles, sollozos,
todas esas fritangas tuyas y ese pachulí de fábula

amiga, escolta de una vida para terceros,
cada vez que te leo me da más risa,
me acallo casual, prendiéndote una vela

porque hace rato que estás más muerta
que toda esa mierda que te echabas a la boca,
y sorry, por poner la palabra caca en esa trompa

me gusta hacer memoria, aunque me peguen,
o me llamen o te llamen o atribulen,
o amenacen a los tuyos c/ una huida permanente

porque de huidas esta hecho el reino de los cielos
y del reino de los cielos, son los estropicios más grandes,
¿acaso te gusta la palabra estropicio?

ella dice que escribes como la mona, pero yo no lo creo,
no me pareces un asco de escritora,
eres harto más luciérnaga que algunas

y para el colmo de la buena fotografía,
que cada cual se alquile para cualquier cosa,
yo me voy de espalda al loro cuando te veo

en todo caso te felicito ahora, que te bajo
ese soponcio (hipo) por esa estupenda poesía tuya,
aunque no entienda qué diantres nos quieres decir

ahí,
en medio de tu carnavalesca holgura,
voy a felicitarte igual, care palo.



martes, junio 23, 2009

Ausencias.

Tu discurso amatorio
prometía inundarme
en lubricaciones perfectas.

Entonces…

Te doy la espalda ladinamente
y curioso de inquisición
miras con ojos infantes

Fisgonamente en los flancos
paladeas tu boca dulce
anhelando al amanecer

En tu mente fantaseas
con cada asomo humedecido
en los vaivenes de mis caderas

Relames tu apetito
domado por su lascivia
inundada de esperanzas

Espero …

Guardo para ti mi ferocidad
de santa virgencita del Jujuy
fetiche sacro de tu deseo

Consagrado a desnudarme
podrás hundir tus pillajes
en mi libídine abatida

Pero…

Tu ternura de bromista al teléfono
despojó a tu tono del delirio
antes humedecido

De hielo hoy son tus voces.

El sol de este sábado
¿Renovara aquel fuego que apagaste?

Mejor no dejes de mirarme
cuando te de la espalda.

http://www.dafne-en-viaje.blogspot.com/

domingo, junio 21, 2009

Paranoia

Pasada la media noche, llegó al paradero de colectivos.
La atmósfera era pesada, irrespirable y las sombras se iban adensando.
Esa noche sin ruido y en una ciudad ausente de luces, su mente llenaba de angustia su alma, entregada a lúgubres pensamientos.
Sin apresurarse, se puso en marcha.
Su voz interna le decía:

-¡Se diría que todo el mundo ha organizado una conspiración contra ti! Esto es de todos los días…

Hallábase sumido en sus reflexiones, cuando vio detenerse ante él a tres jóvenes. Dos eran grandes, corpulentos; el tercero, bajo y giboso.
Instintivamente su mano fue directa al bolsillo, donde portaba una luma.

-Seguro que a ti te conozco! - Le dijo el más bajo

Sin hacer caso, siguió de largo, apresurando el paso hacía el colectivo que acababa de aparecer entre la bruma.

-¡El señor está de buen humor! -Se reían
- No le haremos nada, no me gustan los hombres!!!
- ¡Palabra de honor!
- Y, hablando así, le dio un palmetazo en la espalda.
- ¡Oh, tu honor! No daría yo por el un peso.

Eran unos jóvenes que estaban completamente ebrios.
Volvieron a reír, mientras apresuradamente El se subía en el colectivo.

- ¿Va por la sede María?


A lo que la mujer respondió afirmativamente.

-Una mujer manejando - pensó.

Sus cabellos negros, como plumaje de cuervo, se batían al viento, pues llevaba la ventana baja.
Miro de reojo a quien conducía, era tan parecida a Ella.
Volvía a sus imágenes

- Todos procuran fastidiarte.
- En especial ella. No me escucha, no me quiere entender. Pero ella te cautiva, te engaña, te molesta, te acompaña, te seduce y te enamora a veces. Pero NUNCA MÁS
.

Paso por su mente una sombra.
Se quedo blanco e inmóvil.
Su corazón en silencio, se cubrió de nubes.
No podía mirarle nuevamente. Era Ella!

Comenzó el ascenso por el cerro y la velocidad en las curvas también.
Venían a su mente, todas aquellas frases para el bronce dichas.

-Si me dejas y me entero que estas con otra persona, los mato a los dos. No serás de nadie.

Frío y completamente pálido, sudaba hielo y se aferraba al asiento.
Intentó abrir la puerta del vehiculo, pero no pudo.
Solo deseaba bajarse de ahí, ella lo mataría, morirían juntos.
Su corazón se aceleró al punto de salirse por la boca

No puedo más —murmuro—.

En aquel momento el vehículo se detuvo

- Llegamos a la sede.

Ella liberó el seguro de la puerta y El rápidamente se bajó.

-Señor, aun no me ha cancelado!!!.

Aun tembloroso, saco unas monedas y le pagó.
Aprovecho de mirarla de cerca, pero no era ella. Ya mas tranquilo, se fue directo a casa.

Llamó por teléfono a su madre para que le abriera la puerta. Ella le fue a recibir, más cariñosamente de lo que normalmente lo hacía.

- Querido, mira quien te vino a visitar.

En ese momento cayó como una piedra sobre uno de los sillones y todo bajo de volumen. La luz de la lámpara se murió un poquito.
Ahora si, era Ella.

-Solo pasaba a visitarte, se que no te gustan las sorpresas, pero ya estoy aquí.
- Si hijo, ella ha hecho un largo viaje, no todos los días se llega desde Australia. Le dije que te esperara.


Ella, la misma de aquellas fotos, de aquellos recuerdo. La misma de la pintura que colgaba en su dormitorio. La misma que había perdido hacía años. Aquella felicidad que asesinaste.
La misma que lo dejó.

Pensaba- ¿Que edad tendría ya?, ¿45 o 46 años?. - Pero se veía estupenda.
Entre tanto el se repetía: Que no susurre a mis oídos sus palabras. Estoy bien con mi soledad. Sin la felicidad que asesinaste

- Solo pasaba a verte, para que nos juntemos mañana. Vine con mi novio. En el hotel tengo un regalo que te prometí hace años…

Ella hablaba pero el no le escuchaba, solo la miraba, como antaño, en términos de colores y trazos.

Al terminar, se despidió con un beso y abrazo a su madre. A El. solo pudo darle la mano y un abracito apenas permitido por la rigidez de sus músculos.

Esa noche El no comió, ni tomo la copita de ron que bebía cada noche.
Solo se fue a dormir.

Esa noche, su estomago se revolvió, su cabeza estalló y sus celos regresaron.

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sábado, junio 20, 2009

Girasoles

Ver llorar a las personas siempre me pone mal, aunque no le conozca.
Ayer mientras viajaba de Valparaíso a Viña, me pare en el pasillo del bus, frente a un joven con cara de tristeza.
Iba escuchando con audífonos su mp3 y de cuando en vez, escribía alguna que otra nota en una pequeña libreta.
Se quedaba fijo en el horizonte y cada cierto tanto, miraba por la ventana. Ya no lloraba, pero se notaba que de sus ojos habían brotado algunas lágrimas.

Comencé a pensar en si había tenido problemas en casa, tendría algún familiar enfermo, se había enojado con sus padres, si se había peleado con su pareja o en que otra cosa podía haber provocado esa tristeza en su mirada.

Me dieron ganas de decirle, no te preocupes, todo pasará, mañana volverá a salir el sol. Mientras yo misma comencé a mirar por la ventana, el cielo tapado de nubes negras.
Mi propia tristeza me atrapaba.

Finalmente El, guardo su libreta y desconecto los audífonos. Demoré mucho en reaccionar, se bajo del bus sin poder yo decir pío.

¿Lo estoy haciendo bien o mal?, me pregunte luego y deje de pensar en ello.

Cuando baje del bus, me fui por la avenida del mar
La costa esta envuelta en oscuridad.
Una mujer con abrigo y paraguas, me sonrío, no se porque.
Definitivamente, no, no la conozco.
Esos segundos pensando en si la ubicaba, fueron suficientes para que mi empatía llegase con retraso.

Ella desaparece por la esquina y mi sonrisa de vuelta quedó suspendida en el aire.
Un joven la toma mientras sigue volando.
Vuelvo a dudar cuando muestra su amplia sonrisa dirigida a mí.

¿No será acaso el viento tibio que anuncia un temporal de viento y lluvia?.
La oscuridad se espesa aun más en el horizonte.
Giran tan rápido mis pensamientos que el mareo es casi constante.
Cada vez veo menos y las piernas me sostienen apenas...
Mi sonrisa se va al suelo, junto con todo mi ser que se desploma.
No me logro parar y la angustia se acumula.
Quisiera vomitar, pero no lo consigo. Mientras tanto el sol se cae del cielo, sostenido solo por nubes oscuras, ajenas a mi, ajenas a todos.
Comienza a juntarse gente, a intrusear.
El joven de la sonrisa, no se ve entre el tumulto.

Entonces me paro y el mundo sigue girando, dando vueltas y vueltas a velocidad vertiginosa.
Traté de seguir caminando, alguien quiso prestarme ayuda, pero dije que no.

Avanzaba y pensaba en ese joven que pena en una micro, mientras que la mía, mi pena, me la guardo en silencio.

Siempre he creído que los seres humanos estamos llenos de amor y cuando no existe un alguien a quien dárselo se acumula y transforma en veneno que nos mata de a poco.
Me habían dejado el corazón libre hacía poco.
Casi ha pasado una semana desde aquello, pero cuando a El, intento alejarlo, se me engancha en el alma. Y cuando ya no sabes qué hacer para luchar, cuando te sientes atrapada y te ahogas, te da vértigo. En mi caso síndrome jaquecoso.

El pensar que de cosas peores he salido, no sirve de mucho.
El positivismo ya no es fiel compañero y las lágrimas empujan y tiran al suelo cualquier sonrisa.
Pensar que mañana volverá a salir el sol ya no es suficiente… Hubiese sido tonto decírselo al joven de la libreta, no me hubiese escuchado, ni creído.

Entonces me tome aquel remedio que me recetaron, sublingual decía la receta.

La lluvia comienza a caer lentamente, pequeña y suave, lo que dispersó a la gente que pretendía ayudar.

Seguí caminando, pesadamente sin buscar refugio, dejando mojar mis cabellos y el rostro.
La lluvia se lleva mis lágrimas.

Un poco más allá, el joven que atrapo mi sonrisa, me alcanza y me detiene.
Nuevamente abre su boca en una amplia sonrisa.
Se quedo quieto, frente a mí, mojándose un rato, con la mano estirada y en su mano un gran girasol que me ofrece.
Sin decir nada y tomándome por el brazo me invito a pasar a un café.

Para pasar el frío, apareció un extraño a entibiarme el alma, conversándonos un té.

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Reencuentro

Esa mañana se levanto muy temprano, estaba emocionado, no sabía bien porque, pero se imaginaba que las cosas desde hoy serían diferentes.
Apuro un café negro, similar al que le preparaba su madre, para luego comerse rápidamente unas tostadas con huevo
Un desayuno nutritivo no recomendado para un día pesado, se decía.

Esa mañana no encontraba sus zapatos café favoritos, así que demoró unos 15 minutos más en hallarlos.
Lo bueno del día era que, a pesar de salir temprano, no se colocaría corbata.
Con unos jeans y un chaleco azul, salio caminando hacía la calle.
Cerro la puerta con 3 llaves, últimamente vivir en la ciudad se había echo un verdadero caos.
Las cosas no estaban bien.

Recordaba aquella época en que vivía en un pueblito, hacia el interior de la VI región, de los años en que creció con amigos bonachones y simples.
A diario luchaba por entender a toda esta gente compleja, alienada y densa que ni siquiera se reía.

Avanzaba lento para tomar el bus, mientras pensaba en todo eso.
No tenía vehiculo desde hacía 2 semanas cuando unos tipos con arma en mano le bajaron a gritos e improperios para llevárselo
Ya no le importaba tanto.
Había tenido innumerables problemas con la compañía de seguros y ya estaba aburrido de tanto trámite. Eso era más complejo que viajar en micro.

Volver a recorrer en transporte público, no estaba tan mal. Le obligaba a caminar, ver el paisaje, salir más temprano de casa y saludar a la gente.
Saludar a la gente… algo que normalmente se hacía en la calles de San Vicente, cuando era chico, cuando salía a jugar a la pelota en la plaza del barrio, ahí en la Toscana 2.
Se acordó de su amigo José Miguel, que le prestaba su bicicleta y de la vez que se cayeron a una acequia por hacerse los valientes; eran buenos amigos.

Desde que llegó a esta ciudad, tenía apenas unos conocidos.
La novia que había tenido desde los 16 años, se había ido a estudiar fuera de Chile y las mujeres que encontró en Santiago, no eran precisamente de confianza.
Siendo el un médico joven y con un “buen pasar”, era muy tentador para las “malas mujeres”. Pero hay que darles una segunda oportunidad, como decía su madre.

Tomás ya no era el mismo, se había vuelto más desconfiado y arisco, por lo que ya ni siquiera se relacionaba con esas mujeres para darle la segunda oportunidad, a la primera impresión.
Pero ese día, nada de eso importaba demasiado.

Llegaba a la Reina; que barrio!, que recuerdos!.
Ya no era lo mismo de antes.
Las avenidas, antaño con vegetación, hoy se veían artificiales y desiertas.
Los edificios, le habían poblado rápidamente después de la aprobación del último plano regulador. Uno aceptado por un alcalde que esperaba que se “desarrollara la comuna”.

El metro de Santiago, hoy tomado por asalto por los desalmados, estaba todo sucio y estampado de grafitis.

Al pasar por la estación Plaza Egaña, recordó la última vez que había visto a su padre.
Tenía solo 8 años e iba de la mano de su madre.
Recordaba que ellos intercambiaron solo unas palabras y sin despedirse de su mamá, su padre se lo llevó.
Pasaron todo el fin de semana juntos, pero nada era igual.

Su padre ya no le entendía, ni le escuchaba, estaba demasiado ensimismado en sus propios problemas. Últimamente verlo, era un problema.
Después de eso, su padre dejo de notarlo, llamarlo y simplemente se olvido de el.

Años después, su madre le contó, que en esa época ambos estaban muy confundidos y que ella había sufrido mucho al verlos alejarse tan innecesariamente, pero que estaba tranquila, pues había echo de todo para acercarlos; la parte que correspondía a ellos mismos fue la que no hicieron.

En verdad, ella había echo de todo para que se vieran y tuviesen una relación padre-hijo.
Pero eran tercos. Uno esperando que su hijo aceptara todo lo que el como padre le decía sin chistar y el otro como hijo esperando por sus derechos y el sentirse eternamente abandonado. Se enfrascaron en un nudo Giordano.

Después de tantos años, finalmente se volverían a ver.
Le había llamado la noche antes, a su viejo teléfono, el que por suerte no había cambiado.
Nuevamente se encontraron fuera de la estación del metro Plaza Egaña.

Casi no se reconocieron.
Tomás era un hombre alto, delgado, de buen semblante, con la misma quietud de su padre y los ojos vivaces de su madre.
Su padre, ya estaba algo viejo, un poco desgastado y con su pelo canoso, pero Tomás le reconoció de inmediato.

-Hola papa
-Hola… ¿Tomás?


Se abrazaron, en un apretón fuerte y sincero.
Se miraron y a su padre se le llenaron los ojos de lágrimas para decirle: perdóname.
A lo que Tomás le respondió

-Ya lo hice, por eso estoy aquí.

Comenzaron a caminar, en ruta al viejo departamento donde vivieron hasta que cumpliera los 3 años.
Mientras avanzaban su padre le dijo en tono ya más bromista.

-La próxima vez, podríamos invitar a tu madre.

Tomás se quedo un rato en silencio, dio un par de pasos más y surgieron las lágrimas que no brotaron con el abrazo.

-Mamá murió hace unos días, de cáncer. Lo último que me pidió, es que te viniera a ver.

Luego siguieron caminando en completo silencio.

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sábado, junio 13, 2009

s/c...




Tú eres quien debería
escribirnos los textos,
sin levantar
ese dedito de al medio,
tú,
la que tiene los pantalones
bien puestos
y congestiona nuestra aorta
a la altura del pescuezo,
mientras regurgitas
nuestras
prístinas piltrafas y
temblores,
esos llantos y clamores,
de profundis,
donde ya no queda
farmacopea que aguante

tú, que estás harto
más preparada
que el promedio,
tú que me comprendes,
hasta el más mínimo
detalle,
tú que te desluces y reluces,
o te nos apareces,
toda prístina y purísima
iluminaria,
como un destello perfecto
de la virgencita del Carmen

tú que acobardas generales
y mediocres estafetas,
con tus
dulcísimas prédicas,
mi ignorada,
mi prurito, mi destierro,
mi laguna del desierto enarbolada
mi súbito embellecimiento
de la especie,
toda única, toda grande, toda nuestra,
la que tiene este sartén
por su talón de Aquiles,
la que irradia luces
estratosféricas, como un ovni

la que no nos miente, ni engaña,
o nos saca a la madre, a tientas,
o engulle,
o perdona nuestras faltas,
esas metidas de pata,
como agaches de porfiadas
avestruces

ella, la quimérica platónica,
la desafectada,
OH madre de todas las batallas
pendientes,
con sus redes de pesca, la vianda
primigenia de este labrador
tal vez,
demasiado humirde

ella, la que aturde,
la que engancha y me sacude,
c/ su turbina ingrávida,
puro empuje,
apuesta al traje
y a la dueña de casa,
al pie de la cazuela
y a mi cucharón de mimbre,
mi ventana abierta y mi frazada,
la alivianadora de la psiquis
de la tooooda humanidad,
la alerta, la vigilante, la power

la que gira
y nos encuadra,
con el lápiz y la herramienta,
tras la oreja
predilecta de Dios,
toda pequeña,
con los brazos carpinteros
y metalúrgicos de sí misma,
abrazándonos liviana
al pie del cañón,
puro lanzándonos flores

ella.


Cariño Malo

Silencio, solo silencio, nada sabía de El, había pasado muchos días sin noticias, muchos días.

A diario salía de su casa al trabajo, pensando donde estaría y en cuanto le extrañaba a pesar de todo. Pero, no deseaba llamarle después de la última discusión que tuvieron, tendría que ser El.

Había sido una discusión completamente entupida, sin razón, ni razonamiento, de acusaciones mutuas, de desconfianzas crueles. Aquella tarde le había dicho a El, este es el fin.

Pero ella no se acordaba mucho de lo malo, pues aun le latía fuerte el corazón al rememorar momentos juntos.

Desconfiadas y crédulas eran sus miradas de jóvenes, una muy rara combinación, rareza que los atrajo mutuamente hacía años.

Ambos estudiaban en el campus oriente. Provenían de familias acomodadas y vidas tranquilas, chicos sin problemas.
Cada uno a su manera, vivía en la insatisfacción, desde lo que hacían, tenían e inclusive de quienes les rodeaban.

El, llevaba diez años estudiando letras, buscando, buscando algo que llenase su vida.
Ya no sabía que hacer para seguirse llenado, era un hoyo negro y vacío cuando Ella le encontró.
“El ser humano es un ente vacío en eterna búsqueda de llenar dicho vacío”

Era su frase favorita para atraer a las novatas.

Se hallaron en un bar cercano al campus, calle abajo, mientras se tomaban un tintolio entre compañeros viejos y novatos.
El, hablaba de haber conocido a Teillier y de haberse tomado unas copas con el, mientras tenían una difusa charla; lo que lo transformaba en una leyenda.
Y así, sus vacíos se encontraron una tarde de abril y se fueron devorando, hasta un día de verano, siete años después, en su última discusión.

-Dame tu corazón y tu alma
-No sabes lo bella que puede verse la violencia si eliges bien la música.


El entonces, coloco a Muse, y sing for absolution sonó en el ambiente, mientras ataba las muñecas de ella a un poste ubicado en medio del patio que daba a una parcela vecina.

Emprendió suavemente, primero cortándole los brazos y las piernas.
Ella, solo atinaba a lloriquear un poco. Las lágrimas corrían por sus mejillas, la sangre fluía hasta tocar tierra, en tanto el le susurraba al oído:

-Sabes que eres a quien más amo y nunca te dejaré ir.

El, le limpiaba las lágrimas y acariciaba el mentón con su mano derecha, donde tenía un grueso anillo color azul, ahora teñido de rojo, a causa del gran golpe en el rostro que le había propinado minutos antes.

Ese día, la dosis de quetamina que se inyectaba, había sido más elevada que de costumbre, así que la sesión de cortes no duró mucho.
Salio huyendo por la parcela de al lado desnudo, mientras orinaba los árboles que encontraba a su paso.

Ella, pasó toda esa tarde, atada a pleno sol, desmayada por el calor, más que por la pérdida de sangre, pues las heridas eran superficiales y mal practicadas.

Ya no recordaba todo aquello, lo había pasado y borrado de su disco duro involuntariamente.
Por eso aun le extrañaba, el no estaba y le abrumaba no saber de el.
Ese día, caminando por el centro, se propuso dejar de pensar, nunca más le llamaría.

Compró unas flores que colocaría en su jardín, apenas llegase a casa.
Al llegar, nuevamente comenzó su obsesión por llamarle y trato de espantarla de su mente trabajando, como siempre lo hacía.

Empezó por cavar en la parte de atrás de su casa, donde la tierra era apta para sus hortensias. Fue entonces que sonó su teléfono y su corazón empezó a acelerar, repicando en su mente, con cada ring, los cortes, la sangre y el dolor.

Un grito que no quiso salir de su garganta, se le quedo ahí atascado, cuando, entre la tierra, vio aparecer unos dedos y finalmente una mano, con un gran anillo color azul.

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viernes, junio 12, 2009

Gráficas.

Tinta china negra y cinta adhesiva sobre papel hilado N°240.




s/c...







La natura de estos
seres
es amorfa,
o triste,
o pálida,
o sin brillo;
carente de imágenes
pero jactanciosa
-inútilmente-
dicen cosas
que no entienden,
y hacen alharaca
de casi
cualquier cosa
en fin,
modestamente,
no existen.





Esta es la naturaleza
de:
todo lo que digas,
está siendo usado
en tu contra.





En alguna parte debes exponer,
que no te han molido
a palos, lo suficiente.






Sorry, pero:
¿a quién cresta va importarle eso sobre tu vida?







Ejalé,
profundidad
tipito
neo pop,
iconoclasta,
Factoría
o Blogger

o sitio web,
o Facebook,
o Msn

o salida por las calles
a ver cómo
shashu
es x la noche

o haciendo clases
pero
¿clases de qué?
si tienes unida
la puerta
de tu baño,
a esa teclita del Enter.







De estos choros
no es el reino
de los puertos
de hecho,
tienen suerte
si estos pibes
mamones,
no se joden
por entero,
consagrados
en el altar
de la patria,
pero sin el pater,
y c/
puras madres
estúpidas,
puro metiéndoles
la leche
con catéter.







Nooooo,
mentira,
mi abuelo ya está muerto

y usted
es una mala copia
de Saddam Hussein

-alias, mostachito truculento-

e
ínfulas
de sargento,
nooooo

mi
muy desmejorado
insurrecto

usted no se merece el cielo,
¡oh gran tata de la vacuidad!

lo que
usted tiene

ni siquiera es un empleo.






Tu universo
es taaaaan lindo

-huele a metáfora-

mejor
no lo digo
y más
mejor,
me lo guardo

para cuando en serio
te deteste, =)







¿Con qué moral me dices
que malgasto mi tiempo,
si tú ves SQP?