jueves, diciembre 06, 2007

Desde España, Hasta Buenos Aires

¿En que pensabas supremo salvaje?

Querías experimentar el contraste y te topaste con una guerra civil.
¡Acaso tienes visión de rayos!... conmigo no era necesario, amo los contrastes.
Hice mi trabajo, espero disfrutes del espectáculo, de aquella, tu pequeña pantomima del deseo.
Y ahora que tu cuadro ya esta completo, lo veo y se percibe sombrío, sin contrastes ni armonía.
Sus personajes todos lúgubres, tienen sus labios pintados con carmín.

¡En que pensabas supremo curioso!

Aplicaste el color muy diluido; pero las manos, las manos, ¡las olvidaste! Que no sean rechazo, no protección.
Y estoy aquí, mirando aquel cuadro, sin miedos, a altura vertiginosa.
Pasando por el abismo solo las lágrimas acompañan.
Y te digo, no caigas en depresiones, que ni el Ravotril, Prozac, Actan y toda la lista de las farmacias, se ahuyentan con nuevos colores.
Siempre me lo repetías: que no se te olvide que te quiero, pero lo olvidé.
La vida burguesa no es para nosotros los que gesticulamos demasiado con las manos.

¡En que pensabas siendo salvaje con quien te pudo amar!

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