lunes, diciembre 17, 2007

Serie Cartas S/C.

Existe un lugar donde tus labios representan más que un beso, dentro de ti, dentro de mí.
Un beso suave, largo, apasionado, al unir los cuerpos, como partes de la misma obra, que encajan perfectos, fusionados, convertidos en un trozo de ébano, moldeable por tus manos de artista que me recorren toda.
Un beso, son nuestros rostros, al igual que los cuerpos retóricos de placer y deseo.

Quiero probar nuevamente la droga adictiva que representa tu sexo, y aspirar hondo aquel aroma que exhala cada poro de tu piel.

Porque aquel primer beso dulce viajando por Valparaíso, fue inspirado por sus aguas que se alborotan prolíficos de vida, solicitando más de sus amantes, porque aquel beso dulce que espero siempre, representa la miel que aspiro beber a diario.

No es solo ternura, es deseo y pasión desenfrenada por ti, mi hombre, quien me hace entender cuando soy suya, que solo nosotros dos existimos.

Lo supe este sábado, lo se hoy, ese día le recordaré más que por la noche plena de besos apasionados que nos regalamos, por aquel momento en que me dejaste apoyar la cabeza sobre tu pecho, mientras me abrazabas y acariciabas, porque en ese momento ya no era tu niña, era tu mujer y hoy lo sigo siendo.

Quiero acariciar como entonces, tus cabellos rizados, tu rostro y más abajo, mientras te miro a los ojos con amor y quiero siempre, tú lo sabes, que seamos felices, juntos.

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